miércoles, 25 de abril de 2012


Hay días en los que uno se lía la manta a la cabeza, o mejor dicho se calza el traje de aventurero y se lanza a las calles de la ciudad a descubrir otros mundos , a encontrarse con otras personas… quizás con otros exploradores que, como uno, quieren romper con la monotonía de lo cotidiano y dejar que la vida te sorprenda con toques y matices distintos … con sabores inimaginables… con aromas exóticos y extravagantes, e incluso con la suave caricia del amor fortuito.
Hay días en los que a uno el mundo se le queda pequeño y gracias a la imaginación y a algún que otro medio de transporte… gracias a Internet y a ese sol que de vez en cuando le da a la primavera esa temperatura en la que el deseo rebrota  a raudales por todos los poros de la piel… Hay días, digo, en los que gracias a la vida uno se levanta con ganas de aprender… con ganas de vivir